Teatro, 2005
Hilario Quinteros y Julio Pallero
en
El acompañamiento
de Carlos Gorostiza
Todos los viernes de junio, a las 21 hs.
en el Taller del Angel
Mario Bravo 1239-caba
4963-1571
Entrada: $ 10.
Tuco es un cantante de tangos frustrado que trabaja como operario en una fábrica, y que mantiene vivo desde siempre su deseo de volver a cantar y ser "como Gardel". Un día, un conocido suyo, al saber esto, le "promete" que le enviará un acompañamiento de guitarras para que concrete su sueño.
Como su familia se le opone, se encierra a ensayar en un cuarto de su casa, a la espera de ese acompañamiento, no abriéndole a nadie. Ante esto, su familia le pide a Sebastián, su mejor amigo, que lo vaya a persuadir para que abandone su utópico sueño.
Presentaciones en Teatro El Vitral y Teatro Bauen
La Nación - Vía Libre
El hombre que no reía
por Verónica Pagés
"Cuando estaba por nacer, mis viejos vivían con Osvaldo Lamborghini y él les sugirió Hilario, por el poeta Ascasubi. Otros dicen que me llamo así porque provoco hilaridad, festividad, alegría."
Hilario Quinteros no se inmuta, no hay en su rostro una mueca risueña cuando larga la segunda parte de su explicación.
A primera vista es de esas personas que le escapan a cualquier etiqueta o definición caprichosa. Con un perfil bajísimo, Hilario también trata de eludir cualquier referencia materna o paterna. Está cansado de que le pregunten si es hijo de Lorenzo Quinteros, que abran grandes los ojos cuando se enteran de que Tina Serrano es su mamá o desilusionarlos al decir que no es hermano de Claudio Quinteros.
En el plano íntimo lleva muy bien las relaciones materna y paterna, relaciones que en momentos de estreno (como éste) se vuelven más importantes: el último viernes, Hilario subió a escena en el teatro El Vitral con "El acompañamiento", una obra de Gorostiza que se estrenó para Teatro Abierto, en 1981. De ahí a esta parte, muchas duplas actorales se pusieron el sayo. "Es cierto que se ha hecho, pero el tema es cómo se hace." Ese "cómo se hace" se modificó poco antes del estreno por un repentino cambio de sala que lo obligó a agrandar -literalmente- a su personaje (Tuco, un sesentón que deja todo por el sueño delirado de cantar como Gardel). Hilario tuvo que modificar la impronta del personaje y se aventuró con una más lanzada. Tuco tiene algo de showman, de dandy, características que se alejan irremediablemente de la vida de Hilario, pero que el actor dibuja con soltura sobre el escenario.
No es la primera vez que Hilario se autodirige (aquí lo hace junto con su compañero de elenco Julio Pallero), y de alguna manera lo viene haciendo desde chico, cuando presentaba miniunipersonales para la familia. Es que, le guste o no, la historia familiar lo fue definiendo desde pequeño. "Estudié con todos, pero nunca más de un año con cada uno", explica Hilario sobre su formación, que tuvo su etapa más formal en el Conservatorio, lugar que abandonó por "pacato".
Así se largó a presentar trabajos en reductos under y hoy, a punto de cumplir 31, suena orgulloso cuando dice que vive de la actuación, que también lo hace en publicidades televisivas. Cualquiera puede recordar la de "calavera no chilla", de DirecTV, o la de los botones, de Nextel, que lo obliga a oprimir cientos de ellos antes de llegar a Nueva York. "Después de ésta me llamaron muchísimo. Creo que es porque tengo una gracia natural, aunque no me gusta hacerme el gracioso."
La risa queda para los demás porque Hilario no se ríe ni de los que parecen ser sus propios chistes. Pero si habla, sobre todo de su trabajo, el mutismo aparece con el tema familia. "A veces me molesta que me presenten como hijo de. Le quita relevancia a lo importante, que es el trabajo artesanal que pongo para lograr una personalidad artística. En eso está Hilario, creando un sello propio, en este caso de la mano de Gardel.
Jueves, 23 de Junio de 2005
El acompañamiento
Por María Natacha Koss
Penumbras. Un tango que se apaga. El cantante que entona
y vocaliza al mismo tiempo mientras las luces se encienden y nos
muestran una habitación muy pobre en la que destaca la foto de Gardel.
Así empieza “El acompañamiento”, obra del Gorostiza de los ’80, que
representa un desafío no tanto por su complejidad de lenguaje y puesta,
sino porque en este momento hay más de cinco versiones de la pieza en la
cartelera de Buenos Aires. ¿Qué produce este interés, esta recurrencia?
Ya no estamos, por suerte, perseguidos por una dictadura política que
coarta nuestros sueños; pero la dictadura económica en la que nos
acostumbramos a vivir nos fustiga casi de la misma manera. Y es así como
los deseos y las frustraciones siguen luchando en nuestro interior casi
de la mismo modo que hace veinte años.
Julio Pallero e Hilario Quinteros decidieron poner sobre sus hombros
casi la totalidad de la obra, aceptando el desafío de una puesta en
escena versión 2005. Sobre un escenario despojado, dos o tres detalles
nos remiten a una habitación en el altillo o en el sótano: el colchón en
el piso, cajones de soda que hacen las veces de silla, el espejo en una
esquina. Carlos Gardel preside la función desde un retrato que lo
muestra sonriente, transformándose en la tercera presencia en el
escenario. Todo se completa con las caracterizaciones de Sebastián y
Tuco, brillantes tanto desde el maquillaje como desde el vestuario. Con
actuaciones por momentos demasiado amaquietadas, los personajes
transitan por sus recuerdos y aspiraciones de juventud. Tuco en su
intento por recuperar el tiempo perdido, Sebastián asumiendo poco a poco
que tal vez la misión que le han encomendado no sea lo mejor para él y
para su amigo.
Un cambio de luces nos lleva a un flashback de juventud, cuando ambos
trabajaban en la fábrica y salían a la vida los fines de semana. “¿Te
parece que los sueños sólo pueden realizarse los sábados a la noche?”,
pregunta Tuco, y la vuelta a la realidad cae como un balde de agua fría
sobre Sebastián y sobre nosotros. Pero también hay momentos sutiles de
gran comicidad, como la discusión por el seudónimo del cantor: Carlos
Bolívar (Carlos por Gardel, Bolívar por San Martín).
Es evidente que el texto se sostiene por sí mismo. Puede ser previsible,
pero sigue siendo efectivo. Los aspectos técnicos de la puesta están
muy bien resueltos, sobre todo desde el vestuario y la escenografía.
Pero las actuaciones carecen de la mirada externa del director que
podría, por ejemplo homogeneizar el tono compadrito que por momentos
desaparece y luego vuelve a aparecer. No es fácil dirigirse a uno mismo.
Sin embargo, a pesar de estos contratiempos, la puesta sigue siendo
sólida. Será porque nuestras utopías siguen vivas; será porque nos es
fácil aplastar los deseos. De una forma u otra la obra logra que nos
volvamos a preguntar si, después de todo, los sueños sólo pueden
realizarse los sábados a la noche.
La Nación-Espectáculos
Viernes 22 de abril de 2005
GOROSTIZA
Se reestrena una versión de "El acompañamiento"
Hoy, a las 21, se reestrenará "El acompañamiento", de Carlos Gorostiza, con Hilario Quinteros y Julio Pallero. Todos los viernes, a las 21, en el Taller del Angel, Mario Bravo 1239 (4963-1571). Entrada: $ 10.
edant.clarin.com/diario/2005/05/23/espectaculos/c-00802.htm
Clarín
TEATRO |
ENTREVISTA CON HILARIO QUINTEROS
De pura estirpe
Hijo de Lorenzo Quinteros y Tina Serrano, codirige y protagoniza una obra de Gorostiza y actúa en el nuevo filme de Szifron.
Lunes | 23.05.2005 ... En El acompañamiento, Tuco es un operario cansado de la repetición metalúrgica de molde, que renuncia y ... Quien lo interpreta, Hilario Quinteros, hijo de Lorenzo Quinteros y Tina Serrano, y nieto de Enrique Serrano,...
07/04/2005 Cronista.com
“El acompañamiento” de Carlos Gorostiza, con Hilario Quinteros y Julio
Pallero en El Vitral (Rodríguez Peña 344). Viernes a las 21.
Página 12- Noche y Día
Sábado, 10 de septiembre de 2005
El acompañamiento, dirigido por Hilario Quinteros y Julio Pallero. Hotel Bauen, Callao 360. Hoy a las 20.30.
Viernes, 21 hs. El acompañamiento. De: Carlos Gorostiza. Con: Hilario Quinteros y Julio Pallero.
$ 12. El Vitral. Rodríguez Peña 344. 4371-0948. Colectivos: 6, 24, 26, 37, 60, 150, 155. Subte: B.
$ 12. El Vitral. Rodríguez Peña 344. 4371-0948. Colectivos: 6, 24, 26, 37, 60, 150, 155. Subte: B.