7/10- ICANA (Instituto Cultural Argentino Norteamericano)
CRÍTICA EN: http://www.mujermilenio.com.ar/medios.php
Entre mujeres, el nuevo libro de la escritora y psicóloga Claudia Yelin, es una novela que bucea en la esencia del género femenino en sus dos y más importantes facetas: la de amante y la de madre; y dentro de esta última, la relación madre/hija. Siendo desde allí, un disparador de reflexiones sobre la mujer misma y sus vínculos.Hay que destacar que no es un libro de autoayuda (por suerte está muy lejos de serlo), pero sí una radiografía de situaciones comunes que padecen las mujeres a través de sus vidas.El plus de su prosa, es saber que todo lo narrado está bajo el tamiz de su profesión, lo cual nos refleja y nos estimula a una vida más concreta y plena, tanto desde lo afectivo como desde lo corporal. Y aquí también se cuela su conocimiento del arte marcial aikido; enseñando una relación cuerpo y mente, que su protagonista utiliza positivamente en su historia. Al leer el libro, uno coincide plenamente con las palabras de la arquitecta y psicóloga Lydia Tolchinsky, quien ofrece su interpretación para darle contenido a la contratapa: “Entre mujeres es una novela cariñosa, de resonancias múltiples para todo lector, especialmente para toda mujer. La trama, estructurada a la manera de las cajas chinas, gira en torno a dos temas fundamentales: la relación entre madre e hija y entre ellas y sus parejas respectivas. Y más: Celos, definiciones, la independencia de la mujer, la búsqueda de identidad... Con su ritmo ágil y conciso- sin soslayar el humor-, la precisión de la mirada de Yelin nos invita a la empatía y a la identificación con sus personajes. Justamente ese es un mérito esencial del relato: su cordialidad y la comunicación con el lector que convierte a Entre mujeres en una lectura necesaria y una bienvenida revelación."
Por Florencia Diaz
DIARIO HOY- LA PLATA
http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-62513
Interés General Entre mujeres desembarca en La Plata
Cuando la psicología se vuelve literatura
El último libro de la psicóloga Claudia Yelín trata sobre la conflictiva relación entre madres e hijas. Ya había compartido sus vivencias en el exterior con una primera edición literaria de su experiencia como inmigrante en Estados Unidos
La escritora y psicóloga Claudia Yelín acaba de publicar en Argentina, Entre mujeres, una novela que ahonda en reflexiones sobre la mujer, el amor y el vínculo madre-hija. Sin enunciar principios ni teorías, genera en quien lo lee las preguntas e inquietudes que motivan la búsqueda de una respuesta personal. El libro fue presentado el 3 de diciembre de 2009 en la embajada argentina en Washington Claudia Yelin se inició en la escritura por una necesidad de puentear distancias. Su emigración, que tuvo lugar en 1983, la llevó lejos de sus seres queridos, con los que necesitaba seguir compartiendo experiencias y emoción. En este sentido, como quedó plasmado en su primer libro Emigrar, sus cartas a Fernando (Fernando Ulloa conocido psicoanalista recientemente fallecido) han sido realmente las precursoras de su escritura.El tiempo fue pasando y hacia fines del ‘90 presentó un trabajo en un congreso cuyo tema específico era “Emigración e Identidad”. El trabajo se tituló: “Parece parece pero no parece. Reflexiones sobre la vida en otro lugar”, que produjo mucho impacto en la audiencia. Después de ese evento, le pareció natural seguir escribiendo sobre la experiencia emigratoria y así surgió su primer libro: Emigrar. En busca de un espacio de amparo.Este libro tuvo mucha resonancia en los lectores, especialmente los implicados en el proceso emigratorio, que se sintieron entendidos y “hablados”. “Pusiste palabras a mis sentimientos”, le decían. Así comprendió que había logrado algo que era muy importante para ella: allegar a distancia y ofrecer asistencia. Entonces, Yelín pensó qué otros temas latían dentro suyo para poner en palabras y recordó que hacía tiempo que fantaseaba con escribir sobre la mujer, el amor, los vínculos y la relación madre-hija. “No necesariamente como temas integrados, pero se me fueron juntando y la experiencia positiva me dio el coraje para lanzarme en este nuevo proyecto”, contó en diálogo con Hoy la escritora-¿De qué se trata Entre Mujeres? -Entre mujeres es un libro pensado para que lean mis hijas, las hijas, desde un lugar de madre que tiene la doble pertenencia de madre y de hija. Pero también desde una mujer, psicóloga, que asiste a otras mujeres en la búsqueda de una vida que valga la pena de ser vivida, de aliviar el dolor y auspiciar el conocimiento de uno mismo. -¿Y cómo describirías el hecho de ser inmigrante?-Ser un inmigrante significa, como lo he dicho eufemísticamente en varias oportunidades, vivir para siempre con los pies bien plantados en el aire. La vida cotidiana se presenta como una realidad alternativa en la que, como decía mi hija menor cuando era muy chiquita, “parece parece… pero no parece”. Con el tiempo, el esfuerzo y muchísimo trabajo, ese sentimiento va cediendo y uno se va familiarizando con la idea de vivir en un espacio “no tan familiar”. -¿Cuáles fueron las vivencias que recordás de tu período como inmigrante?-Mi primer libro Emigrar está repleto de vivencias que ilustran cómo una va aprendiendo la nueva vida, y el registro de las emociones que acompañan este proceso. El sentimiento de vulnerabilidad, el no entender el idioma o aun cuando se entiendan las palabras no comprender el mensaje, la desorientación que produce no captar el lenguaje no verbal, la diferencia en la vivencia del tiempo y de la imagen corporal son algunas de las sutilezas que colorean la experiencia de adaptación a una vida en otro país. Además, todo requiere de un esfuerzo de construcción a distintos niveles, por ejemplo una anécdota que cuento en mi libro y que ha sido muy iconográfica: “Me llevó un buen tiempo aprender a hacer una milanesa estadounidense. Aunque parezca un absurdo, una milanesa estadounidense requiere más ingredientes que “carne para milanesa”, huevos y pan rallado. Primero, hay que saber cuál es un corte apropiado, luego hay que tener el vocabulario adecuado para pedirle al carnicero que las corte, y saber qué analogía sugerirle ya que la palabra milanesa no existe, ni tiene traducción. Además es necesario saber medidas y sus fracciones para indicarle el espesor, en un país que no reconoce el centímetro como unidad. Superado este paso, hay que averiguar cómo se dice pan rallado, cosa que, por supuesto, no existe como tal en el diccionario, y averiguado esto, preguntar dónde encontrarlo en el supermercado y entender las indicaciones”.-¿Cómo se conjugó la condición de inmigrante con la psicología? -Me pareció una mezcla interesante para pensar. De hecho mi libro Emigrar. En busca de un espacio de amparo es un ensayo autobiográfico en donde se conjuga la experiencia emigratoria y la psicología. En él he puesto mis ojos de psicóloga a observar mi recorrido desde mi partida de Buenos Aires hasta encontrar un lugar que pude hacer propio en los Estados Unidos.La distancia de lo familiar que experimenta el inmigrante le permite mirar su vida, literalmente, desde otro lugar, en este caso desde otra geografía y otra cultura. El proceso terapéutico implica un viaje, un recorrido que nos permite mirar y pensar lo conocido también desde otro lugar. Este es un proceso que se apoya y sostiene en el vínculo terapéutico y un propósito ya sea curativo o exploratorio. En cambio, en el recorrido emigratorio uno queda abandonado a sus propios recursos, pero también puede constituirse en una experiencia de descubrimiento y crecimiento personal, que es lo único que nos permite tolerar las pérdidas que nos acarrea el desarraigo.
08.03.2010
EL ATLÁNTICO- MAR DEL PLATA
Relación madre - hija y sus vaivenes
Vínculo, desde la mira y pluma de una psicóloga
“Entre mujeres”, de Claudia Yelin, es un libro que ahonda en las experiencias y herencias de este enlace familiar. Mediante la ficción la autora busca adentrarse en “la textura del alma” e invitar a la reflexión.
“Para mi, escribir, en este momento de mi vida es una extensión de mi trabajo como psicoterapeuta”, señaló a El Atlántico Claudia Yelin, psicóloga y escritora argentina radicada en Washington, Estados Unidos.
Yelin publicó recientemente en Argentina su segundo libro “Entre mujeres”, una novela que ahonda en las vivencias de la mujer, las experiencias del amor y el vínculo madre-hija - que muchas veces incluye conflictos de por medio-, e invita a la reflexión de manera abierta y creativa de las características y conflictos de esta relación entre mujeres.
El libro fue presentado el 3 de diciembre en la Embajada Argentina en Washington. En diálogo con este medio, la autora describió cómo fue la experiencia de desarrollar esta obra.
- ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
- En mi primer libro, “Emigrar, en busca de un espacio de amparo”, me interesó reflexionar sobre la experiencia del inmigrante. Un ensayo autobiográfico, muy personal. Significó poner mi mirada de terapeuta para observar mi vida de inmigrante y la de aquellos que llegaban a mi consulta. El lector se sintió convocado, entendido y expresado en mi relato y en mis reflexiones. Recibí mucha correspondencia en la que casi unívocamente se repetía una frase: “le pusiste palabras a mi experiencia”. Este feedback fue muy estimulante y me impulsó a pensar qué otros temas se gestaban dentro de mí que “necesitaban ser puestos en palabras.
Esta segunda obra, también tiene una pizca de su propia experiencia personal, en este caso, también en su rol como madre. “Vi a mis hijas que crecían y comenzaban a vivir y tomar sus decisiones, cada vez más alejadas de mi influencia cotidiana y atendiendo, además, a mujeres de todas las edades; pensé que había mucho para poner en palabras de la psicología de la mujer. Encontré en la ficción una forma para hacerlo”, expresó la autora.
- ¿Cuál fue su objetivo al escribir “Entre mujeres”?
-Intento mediante la ficción adentrarme en la textura del alma de la mujer y favorecer una comunicación intimista, evocadora. Aspiro a que el lector se entretenga con el relato y que al mismo tiempo pueda detenerse a reflexionar sobre temas totalmente subjetivos. Si bien esto pasa naturalmente con la lectura de una novela, para mí esto ha sido una propuesta deliberada.
Yelin también explicó que la trama se desarrolla a partir de la preocupación de una madre, Eva, por el futuro amoroso de su hija. A partir de este nudo central se articulan otros temas (como las elecciones amorosas, el desarrollo personal y las tensiones y desafíos) que hacen a la identidad de la mujer y su posicionamiento en el mundo.
“'Entre mujeres', abre un escenario de ficción en donde se representan escenas que hacen a la vida de la mujer y su posicionamiento en el mundo e intenta ponerle color a distintos aspectos que hacen a la identidad femenina”, agregó la psicóloga.
Con respecto a los conflictos que se desatan en las idas y vueltas del vínculo de madre e hija, Yelin destacó que las “relaciones significativas son siempre multifacéticas y cambiantes y la relación madre-hija no esta exenta de esta complejidad”.
Al mismo tiempo, según la autora de “Entre mujeres” el factor temporal impone cambios fundamentales y trascendentes en este enlace, por ejemplo cuando la hija se convierte en madre y la madre en abuela. “En este movimiento, que es un inexorable marcador del reloj de la vida que transcurre, se van asumiendo nuevos roles que modifican y complejizan la trama relacional”, sostuvo.
-¿A qué causas se le atribuyen esta complejidad del vínculo?
- Uno de los niveles de complejidad tiene que ver con el juego de reflejos e identificaciones mutuas. Esta dinámica que es fundamental en el desarrollo de la hija como persona y como mujer, puede también tornarse muy laberíntica y difícil de transitar. Compartimos con nuestras hijas un destino de mujer y esto hace que el vínculo sea particularmente intenso. El modo personal en que una mujer asume una posición en el mundo: su forma de ser mujer, su lectura de la realidad, su modo de concebir el amor y la pareja, su forma de proveerse y proveer sustento tendrá un gran impacto en el devenir de la identidad de la hija. A ésta le tocará procesar, elegir, y diferenciarse de su madre para ser ella misma y todo proceso de diferenciación requiere ajuste en el modo de relacionarse y modifica el vínculo.
Yelin subrayó el factor del paso de tiempo como uno de los puntos de esta relación, ya que la persona crece y cambia las perspectivas a medida que vive distintas experiencia.
“Estos cambios no son necesariamente muy conscientes o pensados”, aclaró la psicóloga y agregó que, al mismo tiempo “los cambios en la sociedad, que constituye el medio en donde tienen lugar los vínculos, son cada vez más vertiginosos y agregan una gran exigencia a la dinámica relacional.
Por ejemplo, las madres de una generación anterior no contemplaban la posibilidad de elegir gestar por sí mismas un hijo mediante la utilización de fertilización asistida. La hija, que ha vivido en el mundo que su madre le ha presentado, transita con naturalidad uno que su madre desconoce y por lo tanto teme”, explicó la psicóloga.
-Usted vive en el exterior ¿es un parámetro que se repite en todos lados este tipo de relación entre madre e hija?
- Creo que los nudos esenciales del tapiz de la relación madre-hija, así como el proceso de convertirse en persona con una identidad propia, son similares a lo largo del tiempo, lo que se va modificando es el escenario cultural en que van teniendo lugar y por lo tanto hay variación en la forma de expresión de los mismos. En cuanto a las vicisitudes del vínculo y el país de residencia, no me atrevería a generalizar más allá de la cultura que conozco.
“Entre mujeres” es el segundo libro de Claudia Yelin, tras plasmar su experiencia como inmigrante en Washington con “Emigrar, en busca de un espacio de amparo” y no descarta continuar con la escritura. “Estoy trabajando en una nueva novela y otros proyectos relacionados con la experiencia emigratoria”, anticipó.
Sobre la autora
Claudia Yelin nació en Buenos Aires. Es licenciada en Psicología (UBA) y Master en Asistencia Social (Catholic University of America) En 1983, emigró a los Estados Unidos. Radicada en Washington D.C. establece allí su práctica profesional donde se dedica a la atención psicológica de niños y adultos. Su entrenamiento en el arte marcial Aikido, le permitió integrar esta disciplina a la realización de talleres de fortalecimiento personal para la mujer.
Redacción El Atlántico
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