Son muchos los artistas que cumplen esta ley a rajatabla y no porque se lo propongan, tal vez si así lo hiciesen el resultado no sería el mismo. La cosa se da en ese instante mágico en que el artista deja de ser la persona que es para transformarse en su propia creación. Es cuando uno, simple espectador, se olvida de la persona y ve solo al personaje con la belleza que proporciona el sentirlo de verdad.
Y eso sucede cuando Mario Cárdenas aparece en escena. Uno ve al cantor que vuelve después de muchos años de exilio a reencontrarse con su público. Mario Cárdenas habla, cuenta historias, explica, dice, toca el bandoneón. Y canta. Acompañado en el piano por otros dos artistas que se turnan según la ocasión: Víctor Simón o Federico Mizrahi. Se lucen. Como se luce el cantor de tangos medio herido, con su joroba y su renguera. Ya no importa quién es el actor. Entonces, el tiempo se detiene y uno se entrega. Solo después, cuando el aplauso lo despabila y lo devuelve a la realidad, aparece Luis Longhi, actor, escritor, bandoneonista, creador de este entrañable personaje. Y es ahí cuando dan ganas de acercarse, mirarlo de cerca, abrazarlo fuerte y agradecerle por toda esa ternura.
El regreso de Mario Cárdenas se puede disfrutar los miércoles desde las 21:15,
con las exquisiteces del lugar y la participación especial de la joven y talentosa
Evita Rodriguez
en Pista Urbana, Chacabuco 874, San Telmo, Caba, Buenos Aires. AR.
Conviene reservar: (011) 4361 3015
Ph: Nico Glenny |